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miércoles, 4 de mayo de 2011

¡Qué no cunda el pánico!

Después de uno de los partidos más locos y vibrantes que ha tenido el Elche en mucho tiempo se han disparado muchas de las alarmas entre los aficionados, que empiezan a ver los fantasmas del pasado. Era una de las citas clave, estaba señalada con rojo en el calendario, la lucha por el play-off se podría cerrar de ganar ése partido. El encuentro contra la UD Salamanca era prácticamente una final moral, en contra de los ilicitanos dos hándicaps: las ausencias y la relajación. A ello se le sumaba la desesperación de un rival que agoniza por permanecer en la categoría.

La UD Salamanca, a priori, no parecía un rival muy duro de roer teniendo en cuenta su delicada situación en la clasificación de la Liga Adelante, ya que se encontraba 19º con 35 puntos, a 4 del Nàstic, que es su rival más directo por la salvación. El Salamanca salió a morir en el campo y así lo hizo durante los 94 minutos, un partido completamente loco se puso en su contra en dos ocasiones y supo reponerse con garra y aguante. Los errores en la zaga ilicitana propiciaron todos los goles charros, que vieron como sus ansias por permanecer en segunda mantenían intacto su ímpetu por no perder la cara a un partido que tenían perdido.

El equipo ilicitano que se relajó en exceso cuando lo tenía todo a favor, pagó caro el olvido de su santo y seña de identidad durante toda la temporada: la lucha y la entrega en todo momento. Pocas veces se ha podido ver a este Elche de Pepe Bordalás con tanta laxitud en un encuentro, como pocas veces el propio mister ha errado en los cambios. Las bajas en la medular hacían que el equipo estuviera cogido con pinzas y la tarjeta a Acciari provocó que Bordalás le quitara del campo y ubicara un central en su posición, lo que hizo que el centro ilicitano tuviera una lentitud fuera de lo normal. A toda esta serie de despropósitos se suman dos factores: la mala actuación de Jaime y el arbitraje. Jaime, pese a ser un constante seguro, vio como entraban los goles en su meta sin que él estuviera acertado en las decisiones de las salidas; en cuanto al árbitro, no señaló un clamoroso penalti a favor del Elche y se tragó la falta al portero en uno de los goles salmantinos.

No obstante y pese a haber errado en una oportunidad casi especial para sellar el pase a los play-off, el Elche no ha perdido la guerra, tan solo una batalla. El viernes, en el estadio Martínez Valero tiene la oportunidad de redimir sus errores y espantar los malos augurios que algunos gurús del fútbol ya empiezan a pronosticar respecto a la fecha (viernes) y al rival (Alcorcón), que vuelve a vestir de amarillo. Para ese vital encuentro gozarán de las altas de sus baluartes en el centro del campo así como en defensa. Mantecón volverá a ser el todoterreno y Kike Mateo repartirá fútbol y espectáculo a partes iguales, en banda se dejarán los experimentos a un lado y Xumetra irrumpirá con su afilada velocidad. Que la afición no desespere, tenemos una bonita oportunidad para volver a soñar y borrar el pasado. Se puede hacer algo grande y con el espíritu de éste Elche todo es posible.


Pablo Salazar

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